Comencemos con la reseña de una película para pasar a hablar de algo mayor.
"El experimento" (Título original, "Das experiment".)
Película alemana estrenada en 2001 (Se hizo un remake en EEUU en 2010, pero...
ya sabéis lo que suele pasar con los remakes americanos de películas
recientes).
A través de anuncios en el periódico, un grupo de investigadores recluta a
un grupo de voluntarios, varones adultos, que serán pagados para simular
durante dos semanas el entorno de una cárcel.
Dividen a los voluntarios en dos grupos, unos serán los presos, y otros los
guardias. Los primeros tendrán que renunciar a derechos civiles como el de la
intimidad o la libertad de movimiento. A los segundos se les entregan uniformes
y porras, en sus horas libres diarias pueden marcharse a casa, y los
investigadores tan solo les dan estas indicaciones: deberán mantener el control
en la cárcel, con la única condición de no recurrir a la violencia.
Al segundo día del experimento comienza el horror. Los guardias para hacerse
respetar les someten a castigos degradantes y tortura psicológica. No entraré
en detalles ni ejemplos, quiero que veáis la película (si sois lo bastante
fuertes).
Por su parte, los presos, al principio tienen una actitud de camaradería, de
unirse para hacer más leves entre todos los castigos de los guardias, pero al
poco tiempo es demasiado, pasan a una actitud de "mejor que le pase al
otro y no a mí". Luego llega la desesperación, el desarrollo de trastornos
psicológicos, despersonalización (olvidan que tan solo es un experimento, que
no son presos de verdad),...
El final de la película lo pasé llorando... Dicen que cuando uno se emociona
al ver una actuación que sabe perfectamente que es ficción es por una inmersión
en la película, una alta concentración que te conecta empáticamente con los
personajes ficticios. En este caso se que fue sobre todo por algo más.
No por las desgracias concretas de los personajes, sino por todo lo que esto
representa de la realidad:
Los guardias han recibido poder, poder y libertad sobre otros seres
humanos. Al poco tiempo de recibir ese poder son capaces de los actos más
crueles.
Algunos tras ver la película piensa "que exageración, esto no podría
ocurrir tan fácilmente...".
Nuevo dato: este experimento fue real
(enlace
la final). No todo lo que se ve ocurrió así (es una película, no un
documental, ha de tener nudo y desenlace), sin embargo algunas escenas y alguno
de los personajes icónicos están basados en escenas que sucedieron de esa manera
en el experimento real, y otros hechos en la película incluso los suavizan o no
aparecen
(así que podéis leer el articulo sobre
el experimento sin destaparos la película).
Con esta película comprendí mejor un pequeño detalle concreto sobre mí:
entendí al detalle por qué odio las novatadas de las universidades (y demás
centros). En realidad recordé que tenía esta película pendiente al ver una foto
en una red social sobre las novatadas en una residencia de Salamanca este año:
Varias "veteranas" pasean riendo por la calle principal , al
lado de cada una un "novato", andando a cuatro patas llevados con
correas. No subo la foto porque ni tengo permiso ni me apetece pedirlo, pero
ojala pudiese comprobar si veía alguien lo mismo que yo. En las caras visibles
de las que sujetan las correas lo que vi fue placer. vi un placer asqueroso. El
placer de estar humillando públicamente a alguien.
Cualquier estudiante te dirá "pero si es para que conozcan gente, y al
final se acaban divirtiendo todos", vale, mi intención no es entrar en
debates, pero desearía que se pudiese ver desde más lejos, con mayor
perspectiva. Se divierten haciendo esas bromas, se ríen, disfrutan. Por algo lo
hacen.
Será algo más o menos inocente, pero lo importante es lo que se esconde
detrás. Una muestra a pequeña escala de ese placer de degradar a otro ser
humano.
¿A alguien le parece exagerado? Veamos un ejemplo más claro. En primeros cursos
de la ESO sufrí
acoso escolar. Solo psicológico, nada de golpes en mi caso. Principalmente era
uno solo, aunque a veces secundado por algún colega suyo. Él era débil, otros
se metían con él aunque mucho menos, pero mi único amigo entonces y yo lo éramos
más. Extremadamente tímidos, sin personalidad ni iniciativa siquiera para
movernos a otro lugar del patio. El peor momento de cada día era el pitido para
bajar al recreo...
Allí también me encontré con esas miradas, aun más intensas. Placer.
Y a nuestro alrededor otros compañeros que hablaban a diario conmigo. ¿Qué
veían ellos? Nada fuera de lo normal. "No es para tanto".
El ser humano no conoce al ser humano. Se mueve mucho y piensa poco, habla
mucho y observa poco.
De hecho, a menudo basta con conocerse a uno mismo para conocer a los
demás. Sé que yo también sentiría ese placer, por eso
elijo tener
cuidado.
Lo único que salva a los humanos de caer en estas crueldades, y más allá,
incluso de seguir ayudando a otros que sufren a pesar de que eso suponga un
castigo a uno mismo, es la educación en valores.
Una educación en ética que, en estos tiempos que podría ser tan sencillo
impartirla, está siendo descuidada.
Los políticos cargándose y mancillando la asignatura de educación a la
ciudadanía, padres que ya no tienen tiempo de hablar a sus hijos, padres que
relegan la educación de los hijos a la televisión,...
Por algo es tan vital la educación... pero lo único que yo puedo ahcer es
tratar de comunicarlo por ejemplo por este blog, y educar a mi progenie si
alguna vez la tengo...
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La pelicula es una adaptación de la novela "Black box", la cual se basa en el experimento de la carcel de Stanford.
En este enlace podeis conocer como fue este en realidad.
El experimento de Milgram también es interesante conocerlo para reflexionar sobre lo que creemos de nuestros valores éticos. Una sesión de este experimento fue representada en la película "
I... comme ícare" y podeis ver la escena
aquí. Prestar importante atención a la carta que un participante envió años má tarde al investigador, en el apartado "Reacciones".
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Gracias por leer tan extensa entrada. Por favor, un comentario o tweet vuestro, por corto que séa, será muy agradecido y me aimará a escribir más a menudo, que buena falta me hace... (Informadme también si veis alguna errata).